jueves, 29 de octubre de 2015

Cuidados de las enfermedades respiratorias

Cuidados de las enfermedades respiratorias

 
El resfriado común es causado por virus; el dolor de garganta y el moqueo son generalmente las primeras señales de infección, seguidas por la tos, estornudos, dolor de cabeza, ojos llorosos y dolores corporales. Las personas que tienen asma u otras enfermedades respiratorias crónicas corren el riesgo de tener síntomas más serios, al igual que las personas con sistemas inmunitarios debilitados. La mayoría de las personas se recuperan antes de los 10 días, sin embargo se debe acudir con un especialista cuando se presenta más de 38 grados de temperatura o los síntomas duran más de 10 días.
*Evita la automedicación: Los antibióticos, como la penicilina, nunca son la respuesta a un simple resfriado, ya que los antibióticos pueden curar las infecciones causadas por bacterias, pero no las infecciones o las enfermedades causadas por un virus. Los antibióticos no funcionan contra los virus que causan el resfriado común o la gripe, entre otras enfermedades, y por lo tanto no evitan el contagio. Las infecciones virales a veces pueden causar infecciones bacteriales.
La selección de un antibiótico adecuado es únicamente responsabilidad de un médico. Una de las consecuencias más graves de la automedicación es el desarrollo de la resistencia a los antibióticos evitando la mejora del paciente y en algunos casos empeorando la condición.
*Lávate las manos: la higiene siempre es un arma infalible de la prevención. Lava tus manos, con agua y jabón, después de atender a una persona que presente un padecimiento de tipo respiratorio y así evitarás trasladar los virus o bacterias a las demás personas, también limpia tus manos después de sonarte la nariz.
*Si en casa se presenta un cuadro gripal evita lo más que puedas tocarte los ojos, nariz o boca.
*Deberás evitar ir al trabajo mientras te encuentres enfermo
*Cubre tu boca y nariz al toser o estornudar.
Otros factores que afectan nuestra a salud respiratoria:
El aire que respiramos en las ciudades contiene smog, que puede ser peligroso porque contiene ozono, éste en altas concentraciones puede dañar a nuestro sistema respiratorio. Los síntomas más notorios son toser, irritación en la garganta, y/o experimentar una sensación incómoda en el pecho. Estos síntomas pueden perdurar por unas cuantas horas después de la exposición al ozono y pueden volverse dolorosos.
El ozono reduce la función pulmonar, puede ocasionar respiraciones más rápidas y menos profundas, cuando se está realizando ejercicio al aire libre o trabajando. Cuando los niveles de ozono son más altos de lo normal se debe minimizar el tiempo que se pasa al aire libre o se debe reducir las actividades al aire libre, hasta que los niveles de ozono desciendan.
En ocasiones el daño por el ozono también puede ocurrir sin señas perceptibles, pero esto no significa que se ha desarrollado una resistencia al ozono, de hecho, los científicos han descubierto que el ozono sigue causando daño pulmonar aún cuando los síntomas han desaparecido. La mejor manera de proteger la salud es mantenerse informado acerca de los niveles de ozono.

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